Entras a cualquier tienda de ropa y te encuentras con camisetas “urbanas”.

Tipografías forzadas, gráficos de moda, estética callejera de escaparate.

Pero cuando miras más de cerca… no hay alma, no hay historia.

Solo productos pensados por gente que nunca ha pisado el barrio, que no sabe lo que es mancharse las manos con spray o ganarse el respeto con tinta.

Nosotros venimos de otro lugar.

Esta marca no nace en un despacho con aire acondicionado.

Nace en muros ilegales a las tres de la mañana.

En estaciones abandonadas, en trenes que no esperan.

En tardes de calor en el estudio de tatuajes, con el olor a tinta y el sonido del trap sonando de fondo.

Nace de noches sin dormir diseñando, soñando con hacer algo que de verdad represente a los nuestros.

Aquí no hay marketing bonito. Hay calles vividas.

Hay más de 10 años de graffiti, de tatuajes, de cultura callejera en estado bruto.

Cada prenda que lanzamos es un grito:

"Esto no es moda. Es identidad. Es respeto. Es calle."

Si vienes buscando tendencias, aquí no es.

Si vienes buscando verdad, estás en casa.